Un topper es un colchón más fino o de menor altura que los convencionales, siendo fabricado para ser un complemento de otro colchón que necesita cambiar alguna característica o cualidad, normalmente la firmeza. Este tipo de colchones tiene un menor grosor que va desde los 4 a los 7 centímetros y en los camarotes de barcos son los colchones ignífugos los que cuentan con una mayor demanda por su fácil manipulado a la hora de ajustarse a dimensiones angulares.
Entre los materiales más habituales en su fabricación, están las espumas de poliuretano de media y alta densidad, recubiertos por una funda acolchada ignífuga. Este recubrimiento está concebido para soportar todo tipo de llamas, incluso las más intensas pues su superficie está compuesta por inhibidores de calor e ignición.
La importancia que tiene el equipamiento de interior ignífugo en un barco es vital para preservar la seguridad de los tripulantes y la del propio navío, por lo que las normativas internacionales según IMO-SOLAS son muy específicas al respecto.
Por ello establecen no solo la reglamentación en cuanto a la seguridad de cada elemento o componente que lleva un barco en su interior, al mismo tiempo pone las bases sobre las que se han de evaluar dichos materiales, como por ejemplo el tipo de ignición y probeta en laboratorio, así como la duración de exposición a la llama del topper o colchón.
Los colchones ignífugos para barcos hoy día también exigen al mismo tiempo unas calidades tales que soporten los rigores del ambiente marino en interiores de un barco, donde la ventilación no es la misma que en un edificio. El interior de estos colchones está compuesto por microalveólos que actúan como aireadores, realizando una transpiración adecuada.
Un buen topper ignífugo para barcos debe ser altamente transpirable dada la poca ventilación que tienen algunos camarotes, con ello se impide la proliferación de mohos, ácaros y otros organismos porque disipa la humedad. Además, reduce la probabilidad de que aparezcan manchas y malos olores porque ayuda a disminuir la sudoración nocturna.
Las pruebas ignífugas referentes a la OMI, en su Capítulo 8 cubre los muebles tapizados y el Capítulo 9 se centra en los componentes de la ropa de cama, como mantas, almohadas, edredones / colchones y toppers. Exigiendo para ello el no producir una ignición sin llama o sin llama de forma progresiva en ninguna de las partes.