Las dolencias de espalda y la inmovilidad postural requieren a veces de un colchón de aire hospitalario que ayude a una mejor circulación de la sangre y evite daños en la piel. Esta circunstancia es muy común entre personas de distintas edades, bien por la edad o por problemas derivados de otras enfermedades.
Por la experiencia de algunos pacientes que han tenido que hacer un ingreso hospitalario de larga duración, han acabado con secuelas al finalizar su recuperación, pues estar postrados durante varios meses en una cama provoca en la mayoría de las ocasiones un debilitamiento en la estructura ósea y muscular del paciente.
Los doctores y demás equipos médicos a veces no tienen en cuenta los protocolos que un paciente debe tener en casos como estos y el enfermo que tiene que estar un largo periodo ingresado ha de tener una actividad física supervisada para paliar su inactividad.
En la mayoría de los casos la falta de estos protocolos de prevención deriva en que una vez dado de alta el paciente, éste termina con graves dolencias de espalda, en concreto en el lumbago. Las camas hospitalarias y los colchones estandarizados con que se equipan a veces no están preparados para atenuar la larga estancia de estos pacientes por lo que es recomendable que a estos pacientes se les disponga de un colchón de aire que aunque son de un precio mayor, merece la pena para cerrar el círculo de la homeostasis sanitario, sin que la cura de una enfermedad genere otra nueva.
No solo las malas posturas o un colchón inadecuado pueden ocasionar dolores de espalda, muchas de las infecciones bacterianas igualmente pueden ocasionar dolencias de espaldas, en concreto existe una bacteria que aparece en la piel y que provoca el acné, un bacilo que puede adentrarse en la sangre especialmente durante la higiene dental.
Esta bacteria normalmente no suele causar grandes problemas, pero si se extiende por el torrente sanguíneo puede llegar a agravar los problemas de hernias discales, inflamando y provocando daños en vértebras aledañas.
Muchas veces los pacientes ingresados por infecciones sufren de lumbalgia, en estos casos además de asignarle una cama adecuada, se ha de vigilar que tengan una movilidad acorde y sobre todo conocer el estado de su columna vertebral para evitar posibles daños durante su recuperación hospitalaria.
Cuando un paciente ha sufrido una operación o tiene que pasar un largo periodo en cama por una grave infección la mejor opción para este paciente es dotar su cama con un colchón de aire hospitalario. La sensación de flotabilidad de estos colchones es total y el paciente apenas notará la presión de su cuerpo con la superficie del colchón, que puede ser regulada mediante una bomba de aire para aumentar o disminuir su firmeza según las especificaciones y preferencias del paciente o por las indicaciones del médico. La superficie de estos colchones se puede manipular fácilmente para realizar una adecuada higienización, lavado y desinfección.
Los colchones de aire son muy convenientes para prevenir escaras en la piel, son llagas que pueden surgir cuando existe un excesivo rozamiento del cuerpo cuando éste se mueve.
Para estos casos existen colchones de aire que regulan la presión independientemente de forma regular por zonas, siendo muy útil este sistema para pacientes que prácticamente no tienen movilidad.
Su función es inflar unas zonas y bajar la presión de aire en otras, descargando la presión en zonas estratégicas y delicadas como la zona lumbar, caderas y hombros. Según el tipo de colchón pueden incorporar un compresor que regula la presión de aire disponiendo de hasta tres salidas de aire que se bifurcan repartiendo la presión del aire en las tres principales zonas del cuerpo ya mencionadas.
La combinación de cámaras de aire independientes con espumas articuladas, ignífugas y viscoelásticas, son una solución más evolucionada en cuanto a colchones ortopédicos, que unida a la tecnología inteligente de las aplicaciones móviles logran configurar un colchón extraordinariamente terapéutico, una evolución que permite gracias al análisis de nuestro sueño postural (actigrafía), una regulación automática y variable de la presión en las distintas zonas del colchón de aire para aliviar las presiones en nuestro cuerpo. Estas aplicaciones incluso guardan las distintas configuraciones del sueño del paciente y se pueden transferir a otros colchones habilitados con el mismo tipo de sistema.