Muchas veces hemos comentado la importancia que tienen las camas y colchones hospitalarios, pero olvidamos que los niños y niñas necesitan una cama adaptada a sus necesidades.
Tanto la cama pediátrica como su colchón han de reunir una serie de características, pero también el somier y la base estructural que ayuda a regularla en altura. Otro tema importante son las medidas de seguridad que ofrecen estos equipos de descanso, como barandillas y ayudas técnicas para la movilidad.
Normalmente los pacientes en edades infantiles con una estatura inferior a 1,50 mts precisan de un espacio más acogedor, más reducido y protector, parecido a la cama que tienen en su propio hogar.
En el caso de los colchones para camas pediátricas la normativa reseña expresamente la importancia de su impermeabilidad y dimensiones, sin olvidar las cualidades ignífugas de su núcleo y funda así como de las propiedades hipoalargénicas.
La tipología de una cama adaptada infantil tipo hospitalaria para niños de 3 a 12 años, conforme a las exigencias de seguridad sanitaria serían en primer lugar la de portar una barandilla de seguridad, un colchón impermeable e ignífugo, un elevador eléctrico que regule el respaldo y piernas en alturas diferentes.
Con un somier de 160 x 80 cms sobre plano de lecho formado por láminas, estas camas reúnen los requisitos imprescindibles para una estancia más hogareña y está preparado para un peso máximo por paciente de hasta 85 kgs.
Tanto los colchones para hospitales como las camas articuladas infantiles han de contar con el visto bueno de las diferentes normas europeas, como la UNE-EN 16890:2018 en Mobiliario infantil además de colchones para cunas y moisés que regulan los requisitos de seguridad y métodos de ensayo, siendo objeto de estudio y análisis el riesgo de asfixia, ahogo por ingesta, así como el riesgo de ignición.
Las normas técnicas son tomadas de aquellas empresas especializadas que investigan nuevas mejoras sobre productos, como por ejemplo los colchones y las características sanitarias que tienen que reunir para que su producción sea homogénea y unificada bajo unos criterios básicos.
Estas normas técnicas son tomadas por la normalización que hacen las instituciones europeas para ofrecer unos estándares de calidad y seguridad en colchones, entre las verificaciones que se hacen para la validez del producto final están las estructurales del propio colchón y la firmeza.