En un hospital existen muchos pacientes de escasa movilidad por la edad avanzada que tiene, muchos de ellos con problemas dermatológicos de piel sensible. Para pacientes con este tipo de problemas añadidos, las camas de hospital se dotan de colchones especiales que previenen las úlceras por presión.
Los síntomas de algunos pacientes pueden ser leves como puede ser picor, escozor o tirantez como otras molestias típicas en este tipo de piel. No obstante, si los síntomas son marcados y persistentes, puede que la piel no sea intolerante, sino alérgica a determinadas sustancias, de ahí que los colchones de un hospital estén envueltos con una funda hipoalargénica.
Las úlceras por presión o también llamadas escaras pueden aparecer en distintas zonas del cuerpo, son lesiones en la piel y el tejido inferior que resultan de una presión prolongada sobre la piel. En la mayoría de los casos, las escaras se manifiestan en la piel que recubre las partes óseas del cuerpo, como talones, tobillos, caderas, coxis y espalda.
Un buen colchón antiescaras ha de contar con alternancia de celdas y ajuste según el peso del paciente. Sus celdas individuales, que se inflan y se desinflan durante un periodo de 6 minutos recibiendo de esta manera el paciente un constante alivio de la presión, activando la circulación y previniendo la formación de escaras.
Los colchones antiescaras tienen que ser higienizados de forma diferente, porque no son colchones estandarizados de superficie lisa, sino todo lo contrario, tienen celdas independientes que se llenan de aire de forma variable. Este tipo de colchón hace que los líquidos o sudoraciones tengan que ser limpiadas con vapor.
También evitan problemas circulatorios e hinchazón en las piernas y pies. Además, previene la formación de heridas, úlceras, necrosis y, por supuesto, el problema que las origina, es decir, la mala circulación sanguínea por la presión sobre el cuerpo. También mitiga los dolores musculares y óseos.