Existe en el mercado una gran infinidad de colchones, según los materiales que lo forman y también dentro de la gran distribución que hay en el mercado, un sin fin de nomenclaturas que a veces llega hasta a confundirse. Los colchones para hospitales son un artículo sanitario importante que soporta directamente el descanso y recuperación del paciente.
Por ello se tiene en cuenta la densidad del colchón, una variable que se calcula dividiendo el peso en kilogramos entre la medida del colchón, expresada en metros cúbicos. Esto nos da una idea del peso de la materia prima y su cantidad y nos permite clasificar a los colchones en tres tipos: Baja: aquellos cuyo valor está entre 18 y 40 kilogramos por metro cúbico.
Normalmente y de manera estándar la de los colchones de hospital son de 200 cm de largo por 90 cm de ancho, salvo excepciones que requieren medidas más grandes para soportar obesidad mórbida o sobrepeso excesivo. En medidas corporales normales una densidad de 30 Kg/m3 es suficiente para dotar las camas de un hospital.
Otra de las variantes con mayor calidad que podemos encontrar en el mercado de los colchones para hospitales es el fabricado en látex articulable modelo Látex-Sanifirex para uso Geriátrico-Hospitalario de 15/18cm de altura. Fabricado con núcleo de 15/18cm LÁTEX 100% 85kg de densidad transpirable con estructura microalveolar, está considerado el buque insignia de nuestra marca. Su diseño está pensado para soportar el peso en la zona lumbar, repartido en 7 puntos, transpirable y desenfundable.
La calidad de un colchón de hospital se mide principalmente por la relación que existe entre la firmeza y la densidad. Esto es lo más importante para poder distinguir cada tipo de propiedad.
La única forma de calcular con precisión la firmeza y la calidad de la espuma es conocer tanto su densidad como su dureza. La densidad muestra la cantidad de espuma utilizada y la dureza da firmeza.
Los colchones de espuma de alta densidad o HR (high resilience) son aquellos que presentan una densidad mayor a 30 kg/m3. Además, ha de presentar una capacidad de rebote superior al 45 %. Este parámetro se mide dejando caer una bola de acero sobre la espuma. La proporción la obtendremos comparando la altura a la que rebota con la altura a la que fue soltada. Este tipo de colchones se pueden encontrar en un único bloque o bien combinado con una capa superficial de viscoelástica.