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El costeo en la producción de un colchón para cama de hospital viene precedido de una serie de controles y procesos, entre ellos un «sistema de costes» que vigile y controle el coste final del producto.

Existen diferentes tipos de colchones, entre ellos los más vendidos están la medida estándar de 1,90 cms x 90 cms para cama hospitalaria y enfundado en tejido impermeable e ignífugo.

El coste final de un colchón de poliuretano dependerá del tipo de maquinaria y el coste de su rendimiento, siendo el sistema de espuma caliente el más barato y el que más se utiliza.

Las espumas creadas en piezas de gran tamaño salen destinadas para ser cortadas posteriormente. Se fabrican en un proceso continuo, mediante un dispositivo llamado espumadora, que básicamente es la unión de varias máquinas, de las cuales:

La primera es un mezclador, que aporta y mezcla los diferentes compuestos de la mezcla; la segunda es un sistema de cintas sin fin, que arrastra la espuma durante su estiramiento, limitando su crecimiento para darle al bloque la forma deseada; y la parte final de la espumadora es un dispositivo de corte, para cortar el bloque a la longitud deseada como en cualquier proceso de laminación.

Establecer un coste unitario de un colchón para cama de hospital puede resultar arriesgado a nivel general u orientativo, porque podría dar confusión. Siempre se barajan tres posibilidades o formatos en este tipo de colchones, variando su altura entre 11, 15 y 17 cms,  convergiendo entre sí una serie de calidades, como son: (Ignífugo M1, impermeable, desenfundable, hipoalergénico, antibacteriano, refuerzos en costuras)

La espuma de poliuretano como tal ya fabricada le antecede unos commodities en materia prima, pero es en el tipo de maquinaria y su mantenimiento la que produce con más o menos margen de rendimiento, que es en definitiva lo que determina los costes de fabricación finales.

Pero manejar con eficacia la maquinaria de producción de colchones no es suficiente.

Otras variables para reducir costes y llegar al mercado con precios bajos es la de eliminar los intermediarios, si quitamos los sobrecostes de unan publicidad excesiva o negociar con proveedores mejores condiciones en las materias primas tendremos un precio muy competitivo.

Las espumas de poliuretano flexible se extrusionan y nacen a partir de un impulsor químico que hace pasar de un estado líquido a uno sólido el poliuretano, cortándose en secciones más pequeñas para un almacenamiento más eficiente.

El poliuretano termoplástico para la industria es una de las variedades existentes dentro de los poliuretanos. Es un polímero elastomérico lineal y, por ello, termoplástico. No requiere vulcanización para su procesado, pero en el año 2008 se introdujo un novedoso proceso para reticularlo, lo que mejoró considerablemente la mejora y producción del colchón para cama de hospital.

El poliuretano termoplástico se caracteriza por su alta resistencia a la abrasión, al oxígeno, al ozono y a las bajas temperaturas. Esta combinación de propiedades hace del poliuretano termoplástico un plástico de ingeniería; por esta razón, se utiliza en aplicaciones especiales.

Entre ellas por sus cualidades anti-alérgicas, ecológicas y transpirables es un material idóneo para hacer las fundas de colchones hospitalarios aportando además:

Gran elasticidad y ligereza.

Alta resistencia a la abrasión y a temperaturas extremas (-40 ºC / + 125ºC).

Gran resistencia a los agentes químicos, grasas, aceites e hidrocarburos.

Resistente al agua salada (especial para barcos – certificado IMO)

Impermeable.

Alta resistencia al punzonado.

Anti-hongos y anti-bacteriano.

Soldable por alta frecuencia.

Reciclable.