Son cada vez más las políticas económicas sanitarias las que abogan por orientarse hacia la adquisición de productos hospitalarios que garanticen una calidad más palpable y duradera en lugar de comprar al precio más económico. Un cambio que se ha ido extendiendo poco a poco a todos los departamentos de muchos hospitales, desde los insumos hasta aquellos equipamientos más técnicos y complejos que procuran conseguir reducir las listas de espera y ofrecer una atención más eficaz.
Estos cambios han justificado una nueva forma de gestionar los centros hospitalarios porque se tiene la creencia constatada de que con un equipamiento más duradero se incide en la calidad de recuperación de los pacientes y se acorta la estancia media en los hospitales. La estancia media en los hospitales refleja la duración media, medida en días, del ingreso en hospitalización. Una baja estancia media puede ser indicativa de una baja tasa de complicaciones y efectos adversos, una práctica clínica adecuada y resolutiva, un adecuada continuidad de los cuidados en otros niveles de asistencia o un uso adecuado de dispositivos de asistencia post-hospitalización en el entorno del paciente, ya sean de carácter domiciliario o de apoyo sociosanitario. Además, cuando la complejidad de la casuística atendida es baja, podría producirse una disminución de la estancia media no indicando necesariamente una mejor utilización del recurso cama.
En el caso de los colchones hospitalarios homologados a pesar de tener un precio más elevado son habitualmente aceptados en la mayoría de los hospitales hoy día. La principal ventaja de estos colchones es que garantizan una recuperación adecuada en los pacientes y al mismo tiempo tienen una durabilidad mayor protegiendo gracias a sus tejidos hipoalargénicos de posibles contagios, deformaciones lumbares o evitando la aparición de llagas.
El coste de no contar con este tipo de colchones provoca el contraer riesgos tales como infecciones asociadas al cuidado de la salud. Los pacientes hospitalizados pueden contraer enfermedades adicionales por el ambiente contaminado en los hospitales o incluso estar internados con una salud perfecta y enfermarse luego de su hospitalización. Por ello el control adecuado de la infección a través de los procedimientos estándar de higiene en el entorno hospitalario es crucial para prevenir las enfermedades adicionales en los pacientes hospitalizados y los costos de una internación prolongada.
Otro de los riesgos asociados al mantenimiento de los colchones hospitalarios es su limpieza, ya que a veces un descuido o un mal protocolo pueden derivar en contagios. Incluso para los colchones más eficientes existen métodos de limpieza terminal independientes, evitando que el personal de limpieza pueda enfermar al contacto directo con posibles gérmenes. Este tipo de limpieza se realiza por medio de medidas indirectas, sin que exista un contacto directo con el colchón. Para ello se utilizan máquinas que inyectan vapor y fluidos con detergentes que son aspirados inmediatamente desinfectando su superficie por completo.