Hay que distinguir entre protectores acolchados y no acolchados, los segundos también llamados forros porque se ajustan en cada esquina mediante elásticos al colchón. Para los colchones hospitalarios los forros acolchados suelen tener dos capas, una inferior impermeable que protege al colchón y la superior absorbente para dar confort y suavidad.
Confeccionados con tejidos termorreguladores, hiper-transpirables y naturales, los forros ajustables para colchones hospitalarios tienen un tratamiento en aloe vera que le proporciona un efecto dermoprotector, protegiendo el colchón de alérgenos, hongos, bacterias y moho.
En los hospitales para los casos de personas mayores, se recurre a un forro de colchón impermeable. Gracias a este forro ajustable, las posibles fugas de orina, sudor o líquidos no traspasarán al colchón. Los protectores o forros de colchón impermeables para hospitales tienen una base de película de poliuretano que repele los líquidos y hace que sean fáciles de limpiar.
Hay diferentes protectores o forros para colchones, entre los que más uso tienen están:
Algodón 100%: fabricado con fibra natural de algodón, por lo que es más suave y muy cómodo. No da calor, ya que el algodón es muy transpirable y tampoco hace ruido, por lo que podrás descansar. además es hipoalargénico.
Poliéster 100%: fabricado con fibra sintética. es muy resistente, no da calor por las noches y no hace ruido. También es de tejido hipoalargénico.
Tencel: fabricado con fibra celulosa natural y biodegradable. Máxima absorción, muy transpirable y extra suavidad. Especialmente indicado para cunas y camas infantiles.
Un cuarto tipo de funda protectora para colchones son aquellas que tienen cremalleras, pensadas más para camas en geriátricos y residencias donde la estancia es más permanente y duradera. En los casos destinados a centros hospitalarios se suelen fabricar con elásticos de fácil colocación, para un intercambio rápido y sustitución por otro limpio.
Otra de las ventajas y cualidades de los forros para colchones usados en hospitales son la de aportar una defensa contra la llama, su certificación ignífuga es muy valorada en centros sanitarios, residencias y geriátricos dado la importancia de proteger a los pacientes ante un posible incendio.