En países latinoamericanos con un sistema de salud pública e incluso privada mermado en recursos y servicios desde hace años, tienen en estos momentos de pandemia un problema añadido, debido principalmente a que las infecciones intrahospitalarias se suman a las del coronavirus, siendo aún más creciente el problema y engrosando aún más en una larga lista de carencias que arrastran desde hace años.
En estos hospitales el equipamiento dedicado a las camas, como son los colchones, cortinas, frazadas, sábanas, etc…, tienen el hándicap de que no cuentan en muchos casos con la calidad textil sanitaria adecuada, ni tampoco permiten un adecuado lavado y mantenimiento en higiene que asegure una desinfección segura para su uso en pacientes.
Debido a la pandemia se están exigiendo mejoras y una mayor concienciación por implementar más innovación textil para los colchones en hospitales de latinoamérica. En sábanas se pide que sus fibras sean principalmente hipoalargénicas, para evitar la constante presencia de enrojecimientos, irritaciones y erupciones cutáneas que suelen aparecer en la piel.
Una de las tendencias es aplicar los tejidos naturales en la fabricación de sábanas hospitalarias y fundas para colchones con este mismo tipo de composición, usando por ejemplo el bambú en combinación con la microfibra, consiguiendo con ello un tejido que no se arruga, repeliendo la humedad impidiendo de esta manera que las bacterias no puedan vivir entres sus fibras ni mucho menos en el colchón.
Además de sus propiedades hipoalargénicas, ¿pueden protegernos en caso de incendio las sábanas y frazadas?. Es posible gracias a los tratamientos permanentes que se hacen sobre tejidos artificiales, que son a la postre los que soportan mejor este tipo de prestaciones. Su ventaja frente a otros textiles destinados a hospitales es que son ignífugos permanentes, esta cualidad es propia de los tejidos técnicos que evitan la propagación del fuego.
Es en sus fibras o hilados donde se tratan con aditivos penetrando en sus moléculas con cloro y bromo, consiguiendo de esta forma un resultado ignífugo permanente a la hora de hacerse el tejido.
Tanto en España como en Europa este tipo de tejidos tienen la aprobación gracias a las homologaciones de distintos laboratorios e institutos tecnológicos, de ahí que por su gran eficacia puedan cumplir también con las más diversas normas internacionales en materia de protección contra el fuego en hospitales.
Las posibilidades de este tipo de protección son bien conocidas en las fundas de colchones, fundas de almohadas y en las cortinas que separan las camas de los pacientes en un hospital.