En las cárceles existe siempre una preocupación por la seguridad física o personal de los reclusos, tanto si es por acciones provocadas por ellos mismos, como por accidentes imprevistos. Ya sea en un sentido u en otro, las medidas preventivas y los simulacros son esenciales para atajar posibles emergencias. La preparación para emergencias es un tema central, incluso crítico, para los centros penitenciarios. Una planificación eficaz desempeña un papel crucial en la prevención de las emergencias graves y, lo que es más importante, en la contención de las situaciones de crisis una vez que surgen; Una buena planificación también puede dar lugar a una intervención temprana que resuelva crisis pequeñas y localizadas antes de que se conviertan en emergencias graves que amenacen a toda la institución.
Ninguna cárcel es inmune a una crisis de gran escala, sobre todo si hablamos de un incendio.
Para asegurar una correcta implementación de un sistema seguro preventivo, se deben instalar equipos contra incendios, y todo el personal penitenciario debe estar capacitado para utilizarlos. Se deben llevar a cabo simulacros de incendio. Es imprescindible por tanto establecer un programa de mantenimiento de rutina que abarque la inspección y la reparación de todos los equipos, así como un sistema de control durante las guardias y en el momento de cambiar la guardia. Entre el equipamiento activo como son los sistemas de apagado mediante circuitos de agua por riego vertical o de extintores, existen otros materiales intrínsecos a la vida cotidiana de los reclusos. Estos materiales están integrados en gran parte del mobiliario, como por ejemplo los colchones, que están sellados por seguridad con fundas sin cremalleras y que a la vez protegen de un incendio por contener una composición ignífuga, o también los nuevos sistemas de lavabos e inodoros inoxidables compactos.
Para que un colchón destinado a una cárcel sea apto deben haber pasado los ensayos de reacción al fuego que se centran en reproducir de la forma más fiel posible las condiciones de reales de uso y evaluar los parámetros más críticos del producto en cuestión para garantizar en el mayor grado posible la seguridad en caso de incendio.
Se pueden distinguir los siguientes parámetros a medir:
– INFLAMABILIDAD O FACILIDAD DE IGNICIÓN
– PROPAGACIÓN DE LA LLAMA
– DESPRENDIMIENTO DE GOTAS O PARTÍCULAS
– EMISIÓN DE CALOR
– PRODUCCION DE HUMO
Estas pruebas se rigen por las siguientes normativas:
– UNE-EN 597:1995 “Valoración de la ignición de colchones y bases tapizadas”.
– BS 6807:2006 “Inflamabilidad de colchones, bases tapizadas, divanes y bases de cama con una fuente ignición primaria y secundaria”.
– 16 CFR 1632 “Standard for the flammability of mattresses and mattresses pads”, de la Consumer Product Safety Comission (USA)
¿Qué características tienen que tener las fundas de colchones para prisiones?
La principal cualidad de estos tejidos ignífugos es que mantienen su comportamiento frente al fuego de forma permanente. Esto se debe a que sus propiedades ignífugas residen en las materias de su composición y no dependen en ningún caso de un acabado o tratamiento especial de proceso: se teje directamente con hilos compuestos de fibras ya ignífugas, por lo que sus propiedades son inherentes. Además un buen colchón para prisiones ha de ser totalmente transpirable e impermeable, con un tratamiento anti-chinches.