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Las camas hospitalarias y su gestión con respecto a las necesidades de una población se ha discutido en muchas ocasiones, casi diríamos de forma permanente, sobre todo en momentos coyunturales como es el invierno donde enfermedades como la gripe repunta y hace mayor mella en las personas mayores colapsando las urgencias y las camas. De hecho podemos ver cómo en repetidas ocasiones los pasillos de muchos hospitales se ven llenos de camillas con pacientes esperando ante estos repuntes o picos de enfermedades.

Las camas hospitalarias se definen como todas las camas que son gestionadas regularmente por el personal sanitario e inmediatamente disponible para su uso. Incluye todas las camas en hospitales generales, hospitales psiquiátricos y para tratamiento de adicciones y otras especialidades sanitarias estando dotadas como norma general por un colchón ignífugo hospitalario permanente que lleva una funda especial antiácaros y antibacteriana que protege el núcleo del colchón. Este colchón es adaptable a las diferentes inclinaciones de la cama, por ello en su núcleo lleva unas secciones diseñadas para adquirir la forma de la cama en cualquier postura que necesite adoptar el paciente.

En la gestión de las camas hospitalarias se tienen en cuenta el control y flujo de pacientes que son ingresados cada año, para ello se realiza un estudio sobre la cantidad de camas hospitalarias que necesita una población para atenderlo se utiliza una función matemática sencilla que depende de la frecuentación (tasa de utilización), los egresos (altas de pacientes), la estancia media y el porcentaje de ocupación de las camas.

Entonces podemos partir y aceptar unos 100 egresos por cada 1000 habitantes, de esta forma y aplicando la función matemática tenemos que para una población de 1.700.000 habitantes;

Egresos = Población x Frecuentación / 1000

Egresos= 1.700.000 x 100 / 1000 = 170.000 egresos

Para calcular el número de camas globales necesarias se emplea la fórmula de Brigdman:

Camas necesarias = Egresos x Estancia media / 365 x Índice de Ocupación óptimo (85%) ;

Donde, la estancia media= 7 días.

Camas necesarias = 170.000 x 7 / 365 x 0,85 = 3.836 camas

Esto significaría 2,25 camas por 1.000 habitantes tomando 7 días de estancia media por egreso y un índice de ocupación óptimo de 85%.

Este dato es promedio, con lo cual el número de camas necesarias debe analizarse con mayor profundidad, considerando el tipo de pacientes que se internan, el tipo de enfermedades que se atienden y la eficiencia con que se utilice este recurso.

Pero estos cálculos se ven aún más mermados cuando llegan las vacaciones de verano, donde los enfermeros y médicos escasean sin que en los presupuestos se contemple la sustitución de los facultativos en época vacacional. Los datos del año 2017 son contundentes y aproximadamente unas 15.000 camas de hospital se cerraron en verano, siendo Andalucía la que más camas ha cerrado con 2.575 unidades.

Aunque es un problema coyuntural, la higiene hospitalaria sigue respetándose escrupulosamente cada día los 365 días del año, ya que pacientes pero también personal tienen que estar protegidos, los hospitales o centros sanitarios son instalaciones en las que pueden brotar una gran variedad de bacterias y virus, evitar que se produzcan contagios o que estos organismos se desarrollen es vital y para ello el personal de limpieza ha de seguir el protocolo de higiene en las habitaciones, limpiando camas, colchones, camillas de exploración, mesitas, armarios, baños, suelos, incluso hay que prestar especial atención a las cortinas de hospital, pues están continuamente manipulándose y las manos son una fuente importante de transmisión de bacterias y otros microorganismos.

Sin duda uno de los ejes fundamentales en la gestión de un hospital es la del control de camas aparte de la gestión de pacientes propiamente dicha, está la política de egresos a título dinerario que hacen los hospitales y que se centran en aquellas partidas de gastos destinadas a comprar principalmente materiales desechables, material fijo o que se amortiza a largo plazo, como por ejemplo los equipos de radiología, ordenadores, camas, colchones hospitalarios, cortinas de hospital. La calidad en el servicio hospitalario ha variado la forma en que se gestionan los recursos, en la actualidad se sigue una política orientada a adquirir equipamiento que contenga una calidad mucho mayor, de esa forma se consigue ahorrar.