Los colchones pueden encontrarse en el mercado de múltiples formas en cuanto a calidades en sus componentes, materias primas como la espuma de poliuretano, la viscoelástica o los muelles son los más habituales para formar una buena base de descanso, ya sean para su uso en hospitales, en geriátricos o en barcos.
Cada una de sus capas internas tienen una función específica, en general la tendencia en los materiales más utilizados en la fabricación de colches son la tecnología de muelles combinada con múltiples capas de confort que garanticen la mayor comodidad del cliente, la tendencia es cada vez mayor hacia el uso de acolchados con una capa de látex o de espumas viscoelásticas.
Pero para el uso en hospitales lo normal por funcionalidad e higiene es el uso de espumas con una densidad mínima de 25D/kgr/m3, equipados con una funda ignífuga, hipoalargénica y además que se adapte perfectamente a la forma del colchón sin que se formen arrugas, precisamente para evitar escaras en la piel del paciente.
Cuando se trata de colchones en residencias de mayores, los colchones utilizados son combinados con varios componentes, entre ellos los muelles, la espuma de tipo alveolar para dejar paso al aire e incluso una capa de 2 a 3 centímetros de viscoelástica. Estos colchones llegar a diseñarse para que los lechos sean independientes en la zona de presión sin que deforme el resto de la base.
El núcleo del colchón es sin duda la parte más importante, pero la parte externa no hay que olvidarla, que es en definitiva la que convive directamente con la persona. En muchos colchones su superficie se hace con un acabado en acolchado de un tipo u otro, dependiendo del fabricante, esta parte de los colchones puede estar compuesta de varias capas, cada una con sus características y sus funciones. El material con el que se fabrica el acolchado también puede ser muy diverso y podemos encontrarnos colchones con un acolchado de fibra, que puede ser natural o sintética.