Con la pandemia hubo mucha parálisis industrial a nivel mundial y muchas empresas tuvieron que detener gran parte de su producción, por ello tras el enfriamiento muchas materias primas quedaron relegadas y ahora que la vuelta a la normalidad se quiere reiniciar atendiendo a una acumulación de los pedidos por causa de una fuerte demanda internacional, basándose gran parte de su economía en las importaciones procedentes de China.
Todo se encarece hasta las importaciones de colchones, ya sean para el sector doméstico o el hospitalario, ahora cabe preguntarse si no merece más la pena reabrir o incluso aumentar la producción nacional de estos productos a raíz del mayor coste logístico que tiene las importaciones de colchones desde China.
En España las comunidades que más dependen de las importaciones son las que tienen un mayor peso industrial, como Euskadi, Cataluña o Madrid, donde están viendo cómo una gran cantidad de materiales que, en su mayoría se utilizan en la producción de colchones entre otros muchos artículos, están viéndose afectados por su escasez debido a la conjunción de circunstancias, la pandemia y el cuello de botella generado en los contenedores, más el final del año nuevo chino donde la producción que cae tras un periodo de mucho consumo.
Una problemática que está encareciendo muchísimo los costes de las compras industriales y que, además generará problemas en el abastecimiento durante el próximo semestre. Pero por otra parte el vacío de un mercado por falta de materia prima y de producción de bienes, podemos encontrarnos con una nueva oportunidad para reconstruir la economía a nivel nacional.
Una economía que se ha estado basando en los últimas décadas en el sector servicios y el turismo, ahora con los costes muy elevados en las importaciones, sería hora de reivindicar nuestro propio sello económico, volviendo a producir de manera local y no deslocalizando hacia países asiáticos.
Ya se ha venido comprobando en distintos países cómo el exceso de importaciones han ido mermando su capacidad productiva en determinados sectores, como por ejemplo en la fabricación de colchones, sommiers, etc… El mercado boliviano es uno de ellos, siendo en las almohadas, colchones, camas, sofá camas y sommiers de los más perjudicados.
Desde el año 2015 ha ido atravesando cada vez más problemas con la importación de estos productos que desde terceros países ocasionó una bajada de la producción local entre un 30 y 40%.