Sin lugar a dudas el descanso nocturno es el más importante en un centro hospitalario, por dos razones, su bienestar psíquico y físico. Para ello el colchón juega siempre un papel importante y el más adecuado es aquél que se adapta de forma antropométrica a una media. Como no se puede tener un colchón adaptado a la tipología de cada paciente, se busca siempre un colchón que mantenga una firmeza ni muy blanda, ni demasiado dura.
Normalmente para una estancia media de una semana y una tipología de paciente sin problemas de sobrepeso, el colchón más usual que podemos encontrar en una habitación de hospital es el de espuma de poliuretano, con una densidad mínima de 30Kg/m3. Para pacientes que tienen que estar durante más días hospitalizados y además con sobrepeso se utilizan colchones con una base de espuma que aporte algo más de firmeza y una capa de viscoelástica, haciendo que el colchón recupere su forma.
Hay que tener en cuenta que el colchón hospitalario con espuma de poliuretano de alta densidad es aquel cuya densidad supera el límite establecido por norma. Es decir, se sitúa en los 30 kg/m3 para las espumas de poliuretano convencionales y 45 kg/m3 para las espumas viscoelásticas.
Además de la densidad tenemos otro término que es Espuma HR (HIGH RESILIENCE o Alta Resiliencia en castellano). Para ser considerada una espuma de alta resiliencia debe superar un mínimo establecido por norma que en este caso es del 45%. Para saber el % de resiliencia se deja caer una bola de acero sobre la espuma y se mide el % de rebote alcanzado.
Normalmente sólo se habla de densidades de las espumas empleadas en los colchones hospitalarios pero es raro saber más datos técnicos sobre las espumas utilizadas como puedan ser la resiliencia, la porosidad, la elongación, resistencia a la fatiga, etc. En concreto la impermeabilidad, la transpiración y sus calidades hipoalargénicas son factores claves para preservar el colchón de las incontinencias del paciente.
Pese a las ventajas de un colchón hospitalario homologado como es el SANIFIREX, no se deben dejar de la mano los protocolos y normas de higiene, sobre todo antes de que un paciente haga su ingreso en la habitación asignada.